Revolotea Mariposa
Largas noches con mi mariposa negra,
revoloteas en la penumbra de mis sueños,
tus alas de deseo rozan mi alma entera
y el silencio se quiebra entre susurros pequeños.
Tus manos atadas a la madera de mis ansias,
temblorosas, sumisas, entregadas al juego,
la seda de tus dedos se rinde sin distancia
y el tiempo se detiene, prisionero de tu fuego.
Tu cuerpo moreno y desnudo, arte en mi nudo,
se arquea bajo el peso de mi amor encendido,
a cada curva es un verso, a cada gemido un escudo,
en el altar de mis ganas, tu placer es mi rito.
Tus pies inmovilizados por las blancas cuerdas,
testigos de la danza entre el control y el deseo,
el roce del algodón, la caricia que recuerda
que el poder y la entrega se funden en un juego.
Mis deseos son torneados por tus perfectas piernas,
columnas de pasión que rodean mi universo,
enredados en la trama de caricias eternas
donde el dolor y el gozo se confunden en un verso.
Tus senos turgentes, ofrenda a mis manos hambrientas,
montañas de placer bajo la luna encendida,
mis labios dibujan rutas, mis dedos inventan
nuevos mapas de amor en tu piel estremecida.
Y tu cabellera negra, rizada, corona de reina,
cae en cascada sobre tus hombros rendidos,
es el lazo final, la señal que me enajena,
la bandera de un reino de placeres compartidos.
Así, entre sogas, besos y miradas profundas,
mi mariposa negra, te hago mía en la noche,
y en cada atadura, el amor se deslumbra,
esclavos y dueños, fundidos en esta noche.
Falacias sobre el BDSM

Antes de develar algunos de los falsos mitos que circulan sobre la práctica sexual del BDSM, debemos saber lo que significan estas siglas, porque aunque no lo pueda parecer, ocultan más de lo que aparenta. BDSM (Bondage, Disciplina, Dominación y Sumisión, Sadismo y Masoquismo), es una de las prácticas que menos se conoce dentro de la sociedad, provocando cierto halo de misterio, pero que a la vez, como si fuera una paradoja, es una de las prácticas más criticadas que existen.
Según una de las marcas de juguetes eróticos más importante en
España llamada Lelo, analizando sus datos, y nos cuenta:
¿Cuántas personas se han visto en la situación de no poder
contar nada a nadie, por miedo a que no le aceptasen? ¿Cuántas personas tienen
que estar escondiéndose porque tienen miedo? ¿Es que somos personas diferentes
del resto? Y por ello presentamos el primer falso mito:
1. PRACTICAN EL BDSM PERSONAS “DESVIADAS”:
Algo que nos debe de llamar la atención a todos, y que si
vamos a la RAE (Real Academia Española) lo veremos, es la definición de
sadomasoquismo que considera que es una “perversión sexual”, en la que se hace
constancia la humillación y el dolor. Nosotros, los practicantes de estos actos
sabemos que no es así, que la realidad es muy distinta, y por eso la queremos
dar a conocer.
El prestigioso Journal of Sexual Medicine habla sobre que
las personas que llevan a cabo este tipo de prácticas, no tienen ningún tipo de
problema, tanto alguna enfermedad mental como algún trauma psicológico. No
somos diferentes a los demás, no te sientas mal ni pienses que eres un bicho
raro porque te gustan este tipo de prácticas, simplemente la sociedad no está
preparada para aceptarlo, como ha pasado con muchos otros hechos en ocasiones
anteriores.
A raíz de que muchas personas han tenido una mala
experiencia o por desconocimiento sobre el tema, el pensamiento generalizado
sobre esta práctica es malo, llegando a la siguiente conclusión, y a nuestro
falso mito numero dos:
2. ES UNA PRÁCTICA ABUSIVA Y DESTRUCTIVA:
Aunque hay mucho desconocimiento en las personas sobre esta
práctica, pocos son considerados los que realmente conocer y saben la gran
importancia que tienen las siglas SSC dentro de este mundo del BDSM. Las siglas
SSC (Seguro, Sensato y Consensuado) tienen como norma proteger a ambas partes (
Dom & Sumisa ) en la sesión, por lo que gracias a ello llegamos a la
conclusión de que nadie abusa de nadie, ya que todas las prácticas antes de
llevarlas a cabo son concienciadas por aquellos que están implicados dentro de
ella.
Una parte fundamental del BDSM es que siempre ha de haber un
código de seguridad entre las personas implicadas, para poder solventar y
resolver lo antes posible cualquier tipo de problema que pudiese surgir. Este
código de seguridad normalmente es una palabra que se encarga de garantizar el
bienestar de las personas, y de que nadie tenga que hacer alguna cosa que no
quiera.
Muchos piensas que el estilo del BDSM siempre implica que la
persona sumisa, tiene que someterse en todos los aspectos de su vida a su
pareja dominante, pero en nuestro tercer falso mito te diremos que no necesariamente.
3. IMPLICA UNA SUMISIÓN EN TODAS LAS FACETAS DE LA
VIDA:
Sí que es cierto, que de forma consensuada hay personas que
sienten esa necesidad de someter todos los aspectos de su vida a una persona,
pero no tienes porqué hacerlo si tú no lo sientes así. Podríamos considerar que
el BDSM es un juego de rol que se puede limitar únicamente a la práctica
sexual, por lo que estos juegos de rol se limitarían sólo a lo que antes se
consideraba la “alcoba”.
Tú eres quien en realidad llevas el control de todo, tu
decide quien, y cuando te controlen y que no debe ser en todo momento, por lo que,
si sólo quieres limitarlo al ámbito sexual, tú decides, pues nadie podrá
controlar las otras facetas de tu vida.
El mayor mito o leyenda sobre el BDSM es que el dominante
siempre tiene que ser el hombre, y la sumisa ha de ser la mujer, pero nada más
lejos de la realidad se encuentra esta afirmación, ya que el rol no depende
para nada del sexo, sino de lo que tú sientas, sobre tu preferencia sexual.
Tanto hombres como mujeres pueden participar de ambos roles, es decir, tanto de
dominantes como de sumisos.
Como ya hemos mencionado anteriormente a la compañía Lelo,
ahora nos mostrara una frase que dijo el responsable de comunicaciones de la
compañía, Alberto Gooding: “El BDSM es una forma alternativa de obtener placer
tan válida como cualquier otra, a pesar del oscurantismo, incertidumbre y misterio.
Extraído de la pagina web: https://sotanobdsm.com/blog/falsos-mitos-sobre-el-bdsm
Princesa Obscura.
Mariposa desnuda, luz de mi deseo,
atada en la penumbra como princesa obscura,
tus pies cautivos, dulzura de doncella,
tus manos enlazadas en la seda del misterio.
Rosando tu piel, las cuerdas son caricias,
guirnaldas de marfil rodean tu cuello,
perlas que no aprisionan, sino que embellecen
el suspiro tembloroso en tu cuerpo desnudo.
Manos atadas, rozan turgentes labios,
esclava de un fuego ardiendo de pasión,
en su pecho se agitan, los volcanes dormidos,
el deseo se desborda, en su piel de terciopelo.
Tu corona negra, rizo sobre rizo,
vela tus ojos y despierta tus sentidos,
privada del mundo, reina de tu abismo,
dejas volar tus sombras, tus secretos más íntimos.
Respiras hondo, sumisa y luminosa,
te entregas al instante, mariposa preciosa,
y en el aire flota, suave y sin medida,
el perfume indomable de tu alma rendida.
Oh, mariposa, en tu desnudez plena,
atrapas el tiempo, vences la razón,
eres la oda viva, la pasión serena,
la voz que susurra en mi corazón.
Así, atada y libre, en dulce tormento,
mi mariposa danza en la oscuridad eterna,
desnuda y perfecta, en puro sentimiento,
dueña del deseo, reina de mi verdad.
Regina Spektor - While My Guitar Gently Weeps
No sé por qué nadie te dijo
cómo abrir tu amor.
No sé cómo alguien te controló,
te compro y te vendió.
Idea musical : George Harrison
Ser o no ser sumisa.

Pienso que la expresión “ser sumisa” puede reflejar al menos dos tipos de sentimientos y acciones, muy diferentes, aunque igualmente respetables y válidos.
· * Se me ocurre que al menos hay un “ser sumisa =
querer someterse = tener carácter (actitud, personalidad Etc.). Esto es tener
un carácter propio de la persona, que se plasma en una actitud complaciente, dócil,
servicial, obediente, con un gusto por la subordinación y el servicio a otro. Y
esto con mayor o menor independencia de las prácticas que se realicen y que
puedan ser algunas de las canónicas del BDSM, o de estas unas pocas, o incluso
ninguna de ellas, ya que la actitud sumisa en este caso más bien es de carácter
o costumbre y no relacionada con una “acción especifica” (sesiones y practicas)
de sometimiento realizada para la persona del dominante.
· * Y por otro lado un “ser sumisa = querer ser
sometida (o que me sometan, que me obliguen a someterme, etc)” No es que tenga
personalidad sumisa, sino que atrae la excitación del momento concreto del
sometimiento. Es un deseo o morbo de ser sometida (por la persona óptima ya sea
por amor, o por su fuerza…), de que se haga sentir la sumisión, y con eso,
sumarle la independencia, el carácter de la persona que pueda ser neutro, autoritario
o controlador. Ocurre incluso que a las personas controladoras les es
especialmente grato el poder relajarse cediendo ese autocontrol a su sumisa (en
un momento o rato concreto por medio de un juego o práctica) y dejarse llevar
por el abandono de su placer, este abandono coyuntural de control es (dejar que
me lleve al clímax) y puede tener muchas formas, desde la inmovilización con
cuerdas, la infantilización, la disciplina doméstica o las diversas variantes del
BDSM, como raptos, violaciones, torturas y sesiones. A veces, el que me quiten
el control y me hagan sufrir o la otra que me quiten el control y me cuiden, la
mezcla o alternancia de estas dos, me obliga a gozar/ exhibirme/ comportarme en
formas que bajo mi propio control no admita desear o realizar… En fin, la
variedad es infinita y no cabe aquí el ser exhaustivo.
Problemas y malentendidos.
El caso es que un dominante podría decir
(Es que tu no eres sumisa) esto es, por que el cómo dom. espera una determinada
práctica (dolor, entrega física, orgía o humillación) y su sumisa no es
practicante de esos juegos o escenas estándar al estilo bedesemero, sino que
simplemente aspira a vivir su vida cotidiana de acuerdo con su personalidad o actitud
servicial, complaciente, cuidadora u obediente. Una situación así se oye a
veces cuando una persona se siente muy sumisa en su interior, pero luego no
acepta bien las prácticas de dolor, humillación pública, sesiones, etc.
No necesito un sugar daddy que me mantenga, ni un semental que me convenga. Me inspira más la intención de aquel que haga explotar mi perversión.
Pero a la inversa, el dominante podría también
esperar una actitud más consistentemente dócil por parte de la sumisa, más servicial
y encontrarse por el contrario con la obligación de “castigar” a una sumisa
provocadora, o de proporcionar constantes cuidados y atenciones para vivir su
dominación solo en el transcurso de cientos de juegos y roles de play o prácticas
tipificadas dentro del BDSM. Podría sentir que la sumisa se vale de la sumisión
(del sexo o del amor) para lograr las atenciones de un dom. de su preferencia,
desde el punto de vista como mujer, placeres físicos o románticos, cuidados
tiernos, sensaciones fuertes, inusuales e idealizados…, mientras que su carácter
o actitud fuera de esos juegos puede distar mucho de la sumisión; y por lo
tanto decir -Es que tú no eres sumisa- son las quejas frecuentes que oímos de
dominar desde abajo, de sumisión a la carta, de exigencias hacia un dom, con
una actitud de juzgarlo, controlarlo y de buscar el propio placer.
Como suele pasar, muchas veces es un problema
de las palabras y de no haber explicitado de manera más precisa (ante otro y a
veces ante uno mismo) el tipo o tipos de sumisión que se desea dar o recibir.
Transcrito de la web El rey de la casa (https://reydelacasa.com/las-dos-formas-de-ser-sumisa/)
Hermosa Mariposa.
mi mariposa negra reposa,
atada en la cama, sublime y hermosa,
con sus brazos extendidos en cruz,
sus muñecas rendidas al lazo que goza.
Equilibrio entre placer y dolor.
Oscuridad en el ambiente, tu cuerpo inmovilizado tendido boca abajo sobre una superficie dura y fría. Sientes una caricia suave y cariñosa en las nalgas. Recorre tu espalda muy lentamente. Tragas saliva, y de pronto sientes un gran ardor en tus nalgas, como si te hubieran puesto una braza caliente… y no es más que una gran nalgada. Placer y dolor se unen y te sientes incapaz de adivinar lo que está por venir…