La Duda.


Mis ojos sólo han visto 

el deseado fulgor de tu lenguaje en mi mente,

ventana que a ti me acerca y me separa...


Te veo,


y en mi mente se entremezclan un caos de imágenes ...

dar cuerpo a la idea de tu cuerpo,

dar vida a la idea de tu alma...

 

Te veo,


y en mi cuerpo se inflaman mil deseos oscuros y lejanos... 

el ansia de la entrega...

la voluntad de los años...


Te conozco y desconozco al mismo tiempo


me siento tuyo...

entregado... 

sensibilizando mi piel ...

respiro de ti cada palabra... 

huyen las sombras...

el deseo...


La furia de tu anhelo

y tú llamada...


Sé que vendrás un día,


sé que iré... 

aunque es incierto si este saber es fe o es esperanza.


Y cuando vengas,

o si vienes

y cuando vaya...


¿cómo resistirán mis ojos tu mirada?


Martillea una duda en mi mente,


y me corre el temor a lo largo de la espalda,


formulando insistente la pregunta,


de, si seré aquello que buscabas...


Esta inquietud me impulsa a veces a refugiarme


en la seguridad de la distancia...

no sé si prefiero mi llegada,

o soñarte en esta ausencia...

no sé si temblar ... 

reír... 

llorar...

ni cómo dominar esta añoranza. 

voy..., 

correré el riesgo... 

o quizá...no,

no vengas,

que no quiero

morir de angustia si me faltas...

O sí....

acaso...

tal vez..., 

perdón, mi Amor, es el temor quien habla...

 

Llegaste a mí


espérame, 

abre tus brazos,

y recibe la entrega de mi alma.


Perdona con amor mis dudas.

Porque de verdad te amo, mi Mariposa Negra.


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