Al cerrar mis ojos,
mi imaginación empieza,
a pensar en ti,
mi rosa negra.
Estos extraños lazos que nos unen
hacen que mi mente,
piense en una locura,
atar tu cuerpo desnudo,
a la cama de la tortura.
Y así, eternamente,
fortalecer nuestra unión,
privando tus sentidos,
de esta gran pasión.
Mi ansiedad esta impaciente por verte,
haciendo que mi enojo cambie,
a este amor sin reglas de poseerte,
tú mente y tu cuerpo atado,
desnudo e impotente,
de hacerte mía para siempre.
Cada mañana pienso en mi flor,
en mi bella rosa negra,
quiero disfrutar de tu amor.
Tu cuerpo desnudo me a inspirado
a usar mis cuerdas en ti,
recuerdo haberte atado,
y no haberte soltado.
Recuerdo haber dejado tus juguetes,
para que los disfrutes en soledad,
humedeciendo la cama,
con infinita ansiedad.
Mi pequeña rosa negra,
el aliento me sofoca
solo de pensar en este día
atada al deseo que esto te provoca
al estar desnuda, expuesta y sometida.
Ilusión divina eyaculante,
para el vecino fisgón y deseante,
sus ideas de poseerte permanente,
de solo ver tus orgasmos remanentes.
Sabe que estas desnuda,
te ve atada y expuesta
supone que estás sola e indefensa
privada de tus sentidos, estas dispuesta
ansiosa, jadeante y deseosa.
Él magina lo emocionante.
a ti de poseerte,
a ti mi… rosa negra,
en este día inolvidable.
Mi mente no olvida.
lo molesta que estas,
de haberte abandonado,
a tus múltiples orgasmos.
La duda surge…
¿Aun estas ahí?
¿Cómo te encontrare?
¿Con tus pétalos abiertos?
¿Húmedos y frondosos?
¿Perfumados y rosados?
Como te encontrare...
plantada y atada,
inmóvil y radiante,
deseosa de formar parte…
de mi jardín secreto.