Hermosa bruja de mirada desafiante,
en tus ojos arde el fuego de la rebelión,
y sin embargo, a mi voluntad te entregas,
sabiendo que, en la entrega, habita tu poder.
Tu cuerpo, paisaje de sensualidad oscura,
se rinde a mis manos, dueño legítimo,
en un juego de cuerdas y libertad,
donde el deseo nos guía, pero nunca una prisión.
¿Por qué desafías las ataduras que te envuelven,
cuando el corazón amarra tu esencia a mi ser?
Porque en la lucha crece la llama de la sumisión,
un pacto sagrado entre tu rebeldía y yo tu dueño.
La bruja en ti se deja seducir por el hechizo,
de sombras, de poder, de caricias y control,
pues sabe que en la entrega hallará mi voz,
un camino donde se funden tormenta y paz.
¿Por qué aceptas el camino de dolor y éxtasis,
del BDSM que debela tu alma sedienta?
Porque en cada nudo, en cada roce y suspiro,
descubres fragmentos ocultos de tu verdad.
Tu partida anticipada duele en la noche oscura,
antes de conocer todo lo que eres y serás,
sumisa, sí, pero dueña de su sumisión no,
eres la diosa envuelta en cadenas y en fuego.
En esta danza de poder y abandono,
tu esencia se revela, sublime y eterna,
eres bruja, eres deseo, eres mi hechizo,
una historia de sombras y luz entrelazadas.
Así, en este pacto oscuro y sagrado,
mi bruja y yo escribimos versos de piel,
donde la rebelión y la entrega se convierten,
en la misma voz, en una sola voluntad.