Bruja.

 

Hermoso embrujo que en tu piel resplandece,
diosa oscura, trazos de sombra y de luz,
tu alma no conoce olvido ni quebranto,
tus ojos guardan secretos que el viento niega.

El susurro de tu voz es misterio profundo,
labios que callan enigmas eternos,
amor que se vierte en negra pócima,
vicio dulce que consume el alma y la mente.

En tu cuerpo, piel canela cruzada por llamas,
rosando mi ser con miel de veneno,
tu esencia es néctar que nunca olvido,
fuego que arde con besos de sombra y fuego.

Medusa en majestad que cautiva y domina,
serpientes de ébano ondean en tu cabello,
flores tenebrosas adornan tus cabellos rizados,
tentación que enlaza mis secretos y deseos.

Ansío la caricia de tu piel etérea,
éter y tierra en un abrazo prohibido,
cuerpo de marfil y ébano oscuro,
calor infernal que prende mis sentidos.

Bajo la luna que vela nuestro conjuro,
danzamos en el velo de lo eterno,
tu presencia es una llama divina,
la bruja hermosa que arde sin cesar.

En el eco de tus pasos resuena el tiempo,
mi corazón latente a ritmo de pecado,
en cada encuentro, el destino se quiebra,
y la noche se vuelve nuestra dueña.

Así, entre sombras y besos inciertos,
mi alma queda cautiva y rendida,
bruja de eternos embrujos y memorias,
dueña de mi ser, mi dulce condena.