En la noche, se posa una mariposa de ébano,
Su cuerpo, una escultura finamente torneada.
De belleza indescriptible, es un misterio en la penumbra,
Un enigma que susurra a cada movimiento.
Su cabellera, un manto de ébano brillante,
Se mece con gracia, como una cascada de noche.
Cada mechón, un secreto que la brisa susurra,
Un enigma que en la oscuridad se revela.
De rostro enigmático, oculto en la penumbra,
Sus ojos, dos estrellas que fulgen en la noche.
Fulgentes y profundos, reflejan un misterio,
Un enigma que nadie puede desentrañar.
Su cuerpo, adorado en negro, traslucido,
De indescriptible belleza, al tacto radiante.
Sensualidad que envuelve, una promesa ardiente
En cada curva, un deseo que se ha cumplido.
Senos turgentes, bien definidos en la oscuridad,
Una visión de tentación, de pasión y de misterio,
En donde las aréolas brillan con intensidad,
Y tus pezones salen de su cautiverio.
Pequeña tanga, un susurro de provocación,
En color negro elegante, lleno de amor
resaltando tus nalgas, con determinación,
Provocativas y sensuales, llamando a la pasión.
Piernas de negro, morenas y ardientes,
Caminan con gracia, un ritmo de ensueño.
Cada paso, un movimiento candente,
En esta danza de deseo, yo seré tu dueño.
Al final del camino, sus pies vestidos,
Negros tacones que resaltan tú elegancia.
El negro que te cubre, es un manto de misterio,
Eres ofrenda y sacrificio de tu exuberancia.
En la quietud de la noche, su presencia perdura,
Un recuerdo de belleza, de encanto y de gracia.
La mariposa de ébano, un sueño en la penumbra,
como una estrella fugaz, se acaba tu arrogancia.