Cuando
no este contigo, y busques el calor de mi mano
acariciando
tu rostro, cierra tus ojos y deja que el viento lo
haga:
en ese momento yo seré el viento.
Cuando
no este contigo y quieras escuchar el sonido
de mi
voz, aléjate de la ciudad, camina por el campo y busca
un
pájaro que, solitario, cante una historia de amor al viejo.