Mi seda negra.


Esclavo de tu capricho

de tu extraño demonio,

de ornato requieres en tu entrega desnuda:

la seda negra.

 

Sobre negros tacones, para el descalzo amor.

y lo más extraño, es que tu demonio,

cuyos caprichos cumplo esclavizado,

truena deseosa y gime, la seda negra,

clavada de lujuria, como arpón en tu corazón.

 

El color de la sombra que seremos

nos enciende en la cama, y más extrañas,

nuestras sombras, propician la concordia

que nosotros anhelamos

ese placer tortuoso, a la inocente seda.

 

Seda negra en tu cuerpo

Cubre tus sueños perversos

para abrigar tú alma,

los sentimientos más lujuriosos,

es ese oasis remoto, donde el instinto busca

el claro obscuro de la luz, de esa noche.

 

En la noche cerrada de deseos

mendiga nuestra fiebre, su limosna de aurora.

no hay que entender esas pasiones

de los demonios, que en nosotros gobiernan,

que tan sólo su obediencia, reclaman.

 

Está bien que así sea,

está bien que el misterio obscuro

anteceda al misterio negro

de mi seda negra.

 

sobre tu morena carne,

puse arraigante, la seda negra

ese oscuro amor,

el más feroz deseo,

y del más candente sueño,

todos ellos en mi prisión,

de esta extraña y hermosa pasión.

 

Es el origen de la luz, que en nuestro cielo

brilla sólo un instante y se hace oscura,

con la seda negra

es la entrega incondicional

de todo tú ser.


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